Una de las grandes necesidades de un ser humano es la
pertenencia, esta es la razón por la cual el medio influye tanto en la conducta
de una persona, ya que esta puede ceder para complacer aun en contra de sus
principios, al grupo humano que siente o desea pertenecer. Así es que
vemos grupos sectarios o minorías, donde los comportamientos pueden ser
cuestionados pero producen en los individuos el sentido de pertenecía que tanto
buscan a lo largo de sus vidas.
Por esta razón en nuestras familias debemos tener en cuenta
esta necesidad, hacer evidente que cada miembro pertenece, es nuestro trabajo
diario. Cada integrante debe sentirse valorado, respetado y valioso.
El gran desafío es hacer de nuestra casa un hogar. Esto
demanda un fuerte trabajo de los adultos de la familia, si los nuestros tienen
claro que pertenecen a una familia, satisfacemos una gran necesidad y los
fortalecemos para que no estén buscando de pertenecer a entornos que pueden
perjudicarlos y destruirlos.
El reino de Dios se vive en casa y así como Dios reconoció
en público a su hijo, nosotros debemos reconocernos y honrarnos en público y en
privado, porque la familia es un regalo que requiere una gran responsabilidad.
No seamos perezosos
Señor, gracias porque al ser tu hija pertenezco a tu familia,
ayúdame a trabajar para que los míos se sientan de mi familia que es la Tuya.
Marta Yurquina de Biondi
martadebiondi@gmail.com
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