Hay personas que tienen
ciertas afecciones de la salud o problemas de estilo de vida que les dificultan
demasiado bajar de peso. Si usted es una de esas personas, a menos que el
problema subyacente sea atacado, podría pasar toda su vida persiguiendo adelgazar
sin éxito. A menudo, cuando los problemas que causan la mala salud y el aumento
de peso son corregidos, el peso simplemente se desprende de manera natural.
Cuando sana su cuerpo, equilibra sus hormonas, desintoxica sus órganos de
eliminación, identifica y elimina los alimentos que acumulan kilos y lidia
creativamente con el apetito emocional, usted puede conseguir y mantener un
peso saludable de por vida.
Por otro lado, debido a
que las personas que padecen de tiroides hipofuncionante tienden a tener una tasa
metabólica basal muy baja, uno de los síntomas más evidentes de niveles bajos
de tiroides es el aumento de peso y la dificultad para perderlo. En ocasiones,
una tiroides hiperactiva puede imitar a una hipofuncionante provocando aumento
de peso, pero esto es menos común. En las personas con bajos niveles tiroideos
que están a dieta, su metabolismo continúa bajando a medida que se reducen las
calorías. Es por ello que algunas personas con bajos niveles de tiroides pueden
aumentar de peso aunque restrinjan severamente sus calorías.
Más mujeres que hombres
sufren de tiroides lenta o hipotiroidismo, y muchas más mujeres que hombres con
problemas de tiroides tienen problemas con el aumento de peso. La mayoría de
los problemas tiroideos ocurren dentro de la glándula misma, pero con
frecuencia no se descubre hasta que se desarrollan otros desequilibrios
hormonales. A menudo, los problemas tiroideos, la menopausia y el aumento de
peso aparecen juntos.
Los problemas tiroideos se
desarrollan en mujeres más que en hombres, debido a varias razones:
* Con frecuencia, las
mujeres pasan gran parte de su vida en dieta, normalmente con un patrón yoyo de
excesiva comida y ayuno estricto. Esto socava el metabolismo y disminuye la
tasa metabólica, un factor multipartes que impacta la tiroides, especialmente
durante la perimenopausia.
* Las mujeres tienden más
a internalizar el estrés que los hombres, lo cual afecta las glándulas adrenal
y tiroidea. Las glándulas adrenales hiperactivas producen un exceso de
cortisol, el cual interfiere con las hormonas tiroideas y los depósitos de
grasa en la sección media. Además, la fatiga causada por glándulas adrenales
demasiado estresadas incrementa los antojos de dulce y carbohidratos refinados
para proporcionar energía rápida y hormonas complacidas.
* El cuerpo de la mujer
requiere de un delicado equilibrio de hormonas tales como el estrógeno y la
progesterona. Estas pueden alterarse cuando el cuerpo está estresado, cuando
está ligeramente ácido o cuando no está obteniendo suficiente soporte
nutricional. Esto resulta en desequilibrios hormonales, los cuales actúan como
un disparador de problemas tiroideos.
Existe una serie de
síntomas que puede experimentar cuando tiene hipofunción tiroidea, tales como
fatiga, depresión, aumento de peso, manos y pies fríos, temperatura corporal
baja, sensibilidad al frío, sensación de estar siempre helado, dolor de
articulaciones, dolores de cabeza, trastornos menstruales, insomnio, piel seca,
ojos hinchados, pérdida de cabello, uñas quebradizas, constipación, torpeza
mental, infecciones frecuentes, voz ronca, zumbido en los oídos, mareo y falta
de impulso sexual. Si usted sospecha que tiene bajos niveles de tiroides, debe
examinarse. Sin embargo, esté consciente de que posiblemente no resulte como
hipotiroidismo, no obstante puede tener una glándula tiroides hipofuncionante.
Con el fin de arreglar su
metabolismo, usted necesita alimentar su glándula tiroides y trabajar en su
salud completa. Esto es lo que puede hacer:
Consuma bastantes
alimentos ricos en yodo
La tiroides utiliza yodo
para producir la hormona tiroides. Si el yodo no está disponible en grandes
cantidades en su dieta, la tiroides puede producir una cantidad insuficiente de
la hormona. Las tierras agrícolas cada vez son más deficientes en yodo, llevando
así a bajar los niveles de yodo en los alimentos. Es importante comer alimentos
ricos en yodo, entre ellos pescado, mariscos, verduras, huevos, arándanos,
espinaca y pimiento morrón.
Utilice sal marina celta:
evite el cloruro de sodio (sal de mesa)
La sal marina celta
contiene naturalmente yodo con una dotación completa de minerales que trabajan
juntos. No hay ningún nutriente que se dé solo en la naturaleza. Aislar un
nutriente o sintetizarlo, como el yodo que se le añade a la sal de mar,
requiere que el nutriente salga de su contexto natural. Si usted consume
demasiada sal, puede obtener demasiado yodo, lo cual provoca otras formas de
problemas tiroideos, entre ellos hipotiroidismo inducido por yodo, tiroiditis
autoinmune e hipertiroidismo. Cuando considera toda la sal de los alimentos
chatarra, la comida rápida, la comida de restaurante y los artículos empacados
además de la sal que se añade en la comida hecha en casa, es fácil ver cómo la
gente consume demasiado yodo y sal. La sal marina celta no procesada contiene
.000045 por ciento de yodo. Si utiliza 2.5 gramos
(aproximadamente ½ cucharadita) de sal celta diariariamente, usted obtendrá
alrededor de 110 microgramos de yodo. Eso es más de dos tercios del
requerimiento diario para los adultos. El resto de su requerimiento puede
fácilmente provenir de algas y alimentos ricos en yodo.
Tome un buen suplemento
multivitamínico-mineral
Además del yodo, se ha
demostrado que una serie de nutrientes contribuyen a la salud tiroidea —el
zinc, el selenio, el manganeso, el cromo, las vitaminas B, la vitamina C, la
vitamina E y la vitamina A—. El aceite de hígado de bacalao es una buena fuente
de vitaminas A y D (puede conseguir aceite de hígado de bacalao de limón o de
naranja, el cual sabe mejor que el solo). Además, las láminas de algas son una
buena fuente de yodo, lo cual respalda las glándulas tiroides y pituitaria.
Busque algas islandesas o noruegas; las aguas de esas zonas son más puras. El
selenio está involucrado en la conversión de las hormonas T4 y T3. Bajos
niveles de selenio podrían llevar a bajos niveles de T3. El cromo ayuda a
metabolizar los carbohidratos y la grasa. Además es importante para la
actividad hormonal, especialmente la insulina, y juega un papel en el
metabolismo de la hormona tiroidea. Vea el Apéndice A para obtener
recomendaciones de un buen multivitamínico.
Evite o limite los
goitrógenos
Un goitrógeno es algo que
obstruye la absorción de yodo de la glándula tiroidea. Los alimentos más
comúnmente consumidos de estos son la soja y las nueces. Otros alimentos
incluyen las verduras crucíferas (el brócoli, la coliflor, las coles de
Bruselas, la col rizada, el repollo, la col china, los nabos y la raíz de
mandioca), los piñones y el mijo. Cuidado con el aceite de soja de los aderezos
de ensaladas y la comida chatarra; además de la proteína vegetal texturizada,
que es soja. Solía ser utilizada como relleno de muchos alimentos chatarra y de
barras de energía. Utilice leche de almendra, de avena o de arroz en lugar de
leche de soja. Y evite el helado de soja, el queso de soja y el polvo de
proteína de soja.
Evite el flúor
El flúor impedirá la
absorción del yodo. En Estados Unidos se le añade flúor al tratamiento del agua
urbana. A menos que tenga un sistema especial de purificación que extraiga el flúor,
usted lo estará bebiendo. Se le añade a la pasta de dientes, de manera que
tendrá que comprar pasta de dientes sin flúor. Y evite que le pinten los
dientes con flúor en el consultorio dental.
Utilice aceite virgen de
coco para preparar los alimentos
Los aceites
poliinsaturados tales como el de soja, de maíz, de alazor y de girasol están
dañando la glándula tiroidea, porque se oxidan rápidamente y se vuelven
rancios. Esto sucede debido a que cuando los aceites se almacenan en nuestros
tejidos, están mucho más calientes y más directamente expuestos al oxígeno de
lo que están en las semillas. Por lo tanto, la tendencia a oxidarse es grande.
Una plétora de investigaciones han mostrado que las grasas trans, presentes
cuando los aceites vegetales son procesados y calentados a temperaturas más
altas, están dañando especialmente la tiroides. Debido que estas grandes
cadenas de ácidos grasos son depositados en las células con más frecuencia como
grasa rancia y oxidada, la habilidad del cuerpo para convertir la hormona
tiroidea T4 a T3 (lo cual se necesita para convertir la grasa en energía) se ve
estropeada. Cuando sucede esta avería, una persona puede desarrollar síntomas
de hipotiroidismo.
El efecto contrario sucede
con el aceite virgen de coco; este no se oxida ni se vuelve rancio con
facilidad. Generalmente tiene una vida de almacenamiento de dos años. Es una
grasa saturada sana para el corazón que se ha utilizado en los trópicos durante
generaciones, con resultados beneficiosos para la salud. Tiene una habilidad
única para evitar el aumento de peso y de hecho le ayuda a la gente a perder
peso. Ayuda a incrementar el metabolismo, porque al hígado le gusta quemarlo.
Ya que el hígado es el órgano principal donde ocurre el daño de los aceites
oxidados y rancios que provoca daño en la membrana celular, y donde sucede gran
parte de la conversión de la hormona T4 a T3, reemplazar la larga cadena de
aceites poliinsaturados con la cadena media de ácidos grasos del aceite de coco
puede, con el tiempo, ayudarle a reconstruir las membranas y a incrementar la
producción de enzimas que le ayudará a estimular la conversión de hormonas T4 a
T3.
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